Día Mundial Sin Tabaco, 31 de mayo
Vicenta Esteve, psicóloga clínica, secretaria del COPCV: 'los profesionales de la Psicología en este campo por ser “una pieza fundamental para el cambio de estilo de vida en el hábito tabáquico”.
Desde 1987, el 31 de mayo de cada año se celebra en todo el mundo el Día Mundial Sin Tabaco. Su objetivo, explica la Organización Mundial de la Salud, es informar a la ciudadanía sobre los peligros que supone el consumo de tabaco, las prácticas comerciales de las empresas tabacaleras y lo que las personas podemos hacer para reivindicar nuestro derecho a la salud y a una vida sana.
“El tabaco mata hasta a la mitad de las personas que lo consumen y cada año, más de 8 millones de personas fallecen a causa del tabaco. Más de 7 millones de estas defunciones se deben al consumo directo de tabaco y alrededor de 1,2 millones son consecuencia de la exposición de no fumadores al humo ajeno”. Ante estos datos, la OMS es clara y tilda de epidemia el tabaquismo.
Este año, además, ha querido poner el foco en los efectos nefastos que “las empresas tabacaleras causan al medio ambiente debido al cultivo, la fabricación, la distribución, el consumo y la eliminación de los productos de tabaco”.
“Aunque se empieza a apreciar un descenso esperanzador en la prevalencia global del tabaquismo y un claro descenso en la proporción de varones que fuman, queda mucho por hacer”, explica Vicenta Esteve, secretaria del COPCV. "Hay que desnormalizar el uso del tabaco. Por ejemplo, sería conveniente efectuar programas de prevención en educación infantil a partir de 6º de primaria".
El Consejo General de la Psicología de España, colabora con el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT) ayudando y desarrollando acciones que promuevan conductas saludables. Esteve enfatiza el papel de los profesionales de la Psicología en este campo por ser “una pieza fundamental para el cambio de estilo de vida en el hábito tabáquico”.
El tratamiento psicológico realizado por un/a profesional es eficaz. “Los psicólogos y psicólogas estamos entrenados en la modificación de conducta, la motivación, la autoeficacia; disponemos de los conocimientos para enseñar a los usuarios técnicas de habilidades de afrontamiento, manejo de estrés, para el control de estímulos, manejo de contingencias, así como para realizar terapias aversivas, reestructuración cognitiva, y prevenir recaídas”. Por todo ello, Esteve anima a los colegiados/as a formarse en este asunto y a exigir ser parte imprescindible en los equipos interdisciplinares. De ahí, afirma, “la vital necesidad de aumentar las plazas de psicólogos clínicos en la salud pública, así como psicólogos sanitarios en todas las áreas de la psicología”.