Entre un 60% y 80% de los músicos sufre ansiedad escénica

Guillermo Dalia, psicólogo especialista en interpretación musical, nos habla de su nuevo libro: “El músico adicto: la musicorexia”.

Guillermo Dalia, estrena libro: “El músico adicto: la musicorexia”. Este psicólogo especializado en la interpretación musical, aborda en su nueva publicación la relación existente entre el músico y su actividad. Una relación, que puede derivar en una adicción, en una dependencia comportamental. Tras años de estudio y experiencia en este campo, Guillermo Dalia se ha convertido en todo un referente a nivel nacional.

El COPCV le ha realizado una entrevista para conocer más, acerca de esta relación tan especial entre el profesional de la música, su actividad y el instrumento.

 

 

¿Cuál es el objetivo de este libro? hacer visible una problemática que se esconde bajo la normalidad?

Al igual ocurre con la ansiedad escénica, que equivocadamente muchos músicos creen que es normal o que es fruto de la poca experiencia o de estudiar poco. Con este tema hay que decirles que pueden sufrir una relación negativa, de dependencia. Cuando hablas con ellos y les comentas directamente si son adictos, suelen reconocer que sí, que no pueden vivir sin la música, que no pueden “desconectar”, así como que son conscientes de los problemas que esta relación les causa en áreas como la personal o familiar.

El libro es el resultado de 5 años de investigación, de evaluar y ver a centenares de músicos para conocer de cerca esta relación tan fascinante que desarrollan. Y decirles que tenga cuidado, que se cuiden, que pueden disfrutar del mismo modo y rendir más si gestionan la parte negativa de la relación. Que detrás del músico hay una persona que han de cuidar y querer.

 

Usted afirma que los músicos son diferentes al resto de las personas por su profesión. Pero, ¿Cree que esto ocurre con cada gremio o sector profesional o que el ser de una forma determinada es lo que nos lleva a elegir una profesión?

Nuestras profesiones pueden hacer que se creen unos rasgos propios de personalidad, el día a día, las conductas que realizamos por nuestra profesión pueden ir permeabilizando en nuestra manera de ser y configurándonos de un modo determinado. Precisamente por esto en el músico es algo especial, pues el inicio de este contacto con la profesión se da a edades muy prematuras, un músico empieza sus estudios a los 6, 7 u 8 años. Toda su infancia y juventud se desarrolla formándose en la música, con todo lo que ello significa. No conozco ninguna profesión que se inicie de manera formal tan tempranamente.

En cuanto a elegir una profesión, la mayoría de músicos, en sus inicios, la decisión de estudiar música no fue de ellos si no de sus padres, además, a los 6 ó 7 años no hay una personalidad tan definida como para poder mediar en cuanto a la decisión de estudiar una temática u otra.

 

La relación que se establece entre músico e instrumento puede llegar a ser un trastorno ¿Cuáles serían las señales para detectarlo?

Los límites entre una conducta sana y una dependiente son conocidos y están bien delimitados: síndrome de abstinencia, utilizar la conducta como refuerzo negativo y problemas con los demás por ese comportamiento son algunos de los criterios para poder señalar que existe un problema adictivo. Ya en ejemplos concretos, podemos ver estos límites en el músico cuando no pueden estar dos semanas sin tocar o cuando se encuentra muy mal si no interpretan en unos días.

 

Los artistas (músicos, actores, pintores...) son más sensibles? ¿Son por ello más dados a sufrir problemas psicológicos?

Sí, los artistas tienen mayor sensibilidad que los no artistas, esta sensibilidad se puede volver en su contra si ante los sucesos negativos los viven de manera dramática. Entonces la sensibilidad se vuelve vulnerabilidad y fragilidad.

 

En su libro habla de la “Dictadura de la partitura”. ¿A qué se refiere?

En cualquier faceta un profesional quiere realizar su actividad bien, pero en los músicos existen particularidades: como he dicho, desde la infancia se exponen al público interpretando música, un periodista, arquitecto o actor, a los 9 años no está expuesto a las posibles críticas de su actividad pues todavía no ha iniciado esos estudios. En esas edades los músicos no tienen una madurez suficiente para hacer frente a los fracasos, errores o críticas que se van a encontrar y que van a colaborar a formar esa personalidad del músico.

Cuando un músico tiene 20 años ha pasado unas 10.000 horas de estudio (con la partitura, con el instrumento, con las emociones que ello conlleva, etc.). Podemos ver en estos ejemplos que la relación del músico con la partitura, con la interpretación es algo único.

 

¿Es diferente el estrés en profesiones artísticos que en el resto de profesionales?

Existen unas características distintas, si hablamos de la ansiedad escénica lo más característico es que es un problema que sufren durante muchos años. Además, en algunas ocasiones creen que es algo normal y que va con la actividad. También tiene mucho peso el que su actividad va a ser criticable por un público, no solo por unos colegas o el jefe como en otras actividades si no por una audiencia que está evaluando.

 

¿Cuál es el trastorno o problema mayoritario en músicos, actores....?

Físicamente, los problemas musculoesqueléticos son los mayoritarios, por sobreesfuerzo.  Lleva a sus cuerpos a unos niveles de exigencia terribles, repeticiones de movimientos, tensiones musculares, posturas forzadas, etc., son los responsables de que sufran muchas lesiones.

En el plano comportamental, la ansiedad escénica afecta a la mayoría de músicos, en torno a un 60 – 80 % de músicos la sufre.

 

Además de los miedos, fobias y otros problemas, ¿Qué  cualidades positivas destacaría como propias de los músicos o de los artistas?

El beneficio de la práctica musical en el ser humano es fascinante, las ventajas son múltiples. Los jóvenes que estudian música mejoran el rendimiento académico en general así como mejoran el desarrollo de la inteligencia espacial. Los procesos mentales asociados al aprendizaje musical posterior a los primeros años servirán para estimular distintas habilidades cognitivas útiles en áreas no musicales. Además se desarrollan capacidades como el recuerdo, la comprensión.

La capacidad de atender y la de aprender se ven acentuadas con el aprendizaje musical. La capacidad de ejercitar y desarrollar el oído tiene repercusiones en campos musicales y extramusicales como pueden ser la atención, la concentración y la memoria, además de ser positivo para el aprendizaje de otros idiomas. También la autoestima del niño a través de los logros obtenidos con su propio esfuerzo, los aplausos, las ovaciones tras una interpretación se ve reforzada y ayuda a aumentar su autoconfianza.

 

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http://www.coachingparamusicos.es/

 



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