Entrevista a Julio Abad, psicólogo de la Fundación PATIM: “Hay que tener un enfoque claro, directo y sin prejuicios a la hora de hablar de suicidio”
Con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio hablamos con este experto con amplia experiencia en la relación entre adicciones y suicidio.
La fundación PATIM trabaja con el objetivo de reducir o evitar el uso y/o abuso de drogas y los problemas asociados, así como promover hábitos de vida saludables, el fomento de la inclusión social y programas formativos que nos adecuen a las nuevas necesidades tal y como expone en su web. Julio Abad trabaja desde hace más de 13 años en esta fundación como psicólogo, le hemos preguntado sobre el suicidio y algunos de los aspectos que rodean este asunto calificado por la OMS como un “grave problema de salud pública”.
En los países de ingresos altos se ha demostrado la relación entre el suicidio y los trastornos mentales, en particular, la depresión y los trastornos por consumo de alcohol, si bien el principal factor de riesgo es, con diferencia, un intento previo de suicidio. Sin embargo, muchos casos ocurren de forma impulsiva en situaciones de crisis, cuando la persona no se siente capaz de enfrentar factores muy estresantes, como problemas económicos, conflictos de pareja y enfermedades o dolores crónicos (Fuente: OMS).
Durante muchos años en España, el suicidio ha sido una de las principales causas de muerte una tendencia que, al parecer, según datos provisionales del INE, empieza a cambiar. Es una buena noticia, pero entendemos que no se debe de bajar la guardia sino todo lo contrario, hay que seguir trabajando y elaborando planes destinados a su prevención porque, ¿es posible prevenirlo y cómo?
Todo es posible, o por lo menos hay que considerar que se puede mejorar en cualquier aspecto y desde ahí trabajar. Yo trabajo con población con problemas de consumo de sustancias y/o juego, adicciones. En este espacio, el suicidio aparece con una probabilidad muy alta y frecuente porque las adicciones son un factor de riesgo para el suicidio, al igual que ocurre con todos los trastornos mentales. El suicidio no es un trastorno, pero sí puede ser consecuencia de ellos.
Hay que tener un enfoque claro, directo y sin prejuicios a la hora de hablar de suicidio, de la forma más natural posible. El suicido es multicausal, es decir, está implicados factores biológicos, psicológicos y sociales, es probable en cualquier persona en un momento dado y, de ahí, lo importante de hablar para visibilizar el problema y eliminar los prejuicios que envuelven el suicidio.
Los expertos y expertas apuntáis a que es un asunto complicado de abordar ya que en él hay factores biológicos, psicológicos y sociales, pero aun así, ¿cómo puede el entorno más cercano identificar algunas señales de alarma?
Hay algunos detalles que sin ser únicos ni absolutos pueden ayudar: sensación de fracaso, falta de ilusiones o motivaciones, dejar de realizar actividades que antes gustaban mucho, aislamiento, querer dormir siempre, cambios de humor.
En las personas con adicciones, muchas se sienten como una carga, que no tienen solución o que no será capaces de mejorar. Estas señales pueden alertar de la posibilidad de suicidio.
Desde la psicología y como profesionales, ¿cómo detectáis y posteriormente tratáis o abordáis las ideaciones suicidas con la persona afectada? ¿Trabajáis también con la familia?
Desde el inicio, en la primera entrevista y directamente, pero con tacto. Desde hace unos cuantos años, tenemos ya por defecto valoración de riesgo de suicidio en toda la población que atendemos. El tratamiento se centra en determinar los factores de riesgo (pensamientos, emociones, enfermedades físicas o mentales, etc.) y en los factores de protección (red de apoyos, proyecto de vida, habilidades de afrontamiento y regulación emocional).
En adicciones, la familia puede ser un apoyo (a veces es todo lo contrario) y trabajar con ella puede tener un impacto muy positivo. Generamos espacios para que puedan hablar entre ellos y exponer sus problemas, les ayudamos a entender las adicciones y sus comorbilidades.
¿El impacto emocional y psicológico en el entorno es muy diferente cuando la muerte se produce por causas naturales, por un accidente o por un suicidio?
El ser humano entiende la muerte natural como un efecto de vivir, aunque no se espera sí que se acepta como algo natural. Las muertes por accidente, suicidio, son por sorpresa, no son esperadas como algo natural y esto genera un malestar por la pérdida acompañado de daño emocional, culpa por no haberlo visto venir y a veces incluso vergüenza por el juicio social que pueda generar las causas de la muerte.
¿Es positivo que haya un ‘Día de’ en el que se hable de esta problemática? ¿es positivo que vaya dejando de ser un tema tabú? ¿Sobre qué aspectos deberíamos de poner el foco, tanto profesionales como medios de comunicación, a la hora de elaborar informaciones sobre este tema?
En definitiva y en mi opinión, es positivo, y seguramente mejor que callarlo y estigmatizarlo. El foco hay que ponerlo en romper los tabús, informar, pero también de forma educativa, aumentar la prevención y la detección temprana y no olvidemos apoyar a los supervivientes.