Tras la dana, la lluvia se convierte en un disparador del miedo
Entrevista a Rosa Molero, psicóloga experta en TEPT, integrante de la Asociación EMDR España, es una de las psicólogas que está interviniendo en las poblaciones afectadas.
Con las precipitaciones de esta semana, los mensajes de cautela de las administraciones públicas, y la suspensión de clases en los colegios y de citas médicas, algunas personas afectadas por la dana han vuelto a experimentar emociones y sensaciones corporales que sintieron durante la catástrofe y días posteriores.
“las lluvias son un disparador tremendo que en la mayoría de las personas conecta con todas las sensaciones somático y sensoriales que pasaron cuando estuvieron en los momentos más duros de la dana. Es importante que entiendan que esa conexión con algo que todavía no está bien resuelto se va a dar, pudiendo incluso sufrirlo con un nivel de intensidad mayor”. Rosa Molero, psicóloga experta en Trastorno por Estrés Postraumático, miembro de la Asociación EMDR España, y una de las profesionales que desde el mes de diciembre está interviniendo en varias de las poblaciones afectadas por la barrancada dentro de la Plataforma del COPCV Dana en acción Directa, ha hecho estas declaraciones en el programa Mediodía COPE Más Valencia.
La catástrofe acontecida en la provincia de Valencia ha perjudicado gravemente “al sentimiento de seguridad en las personas”. Molero ha explicado que, aunque muchas personas están haciendo la “digestión” de lo ocurrido, hay otras que han desarrollado un trastorno de estrés postraumático y que en estos casos, “la climatología es un disparador tremendo como también lo puede ser en el día a día, el ruido del agua o una mirada de susto de un vecino. Hay personas que están en alerta constante. Esto tiene una explicación neurológica que tiene que ver con el salvar la propia vida, es una perspectiva primitiva de supervivencia pura, que hace que hormonas del estrés como son el cortisol o la epinefrina vayan entrando en el torrente sanguíneo. Porque la amígdala, que es una estructura subcortical, da la orden al hipotálamo y el hipotálamo a lo que es el sistema endocrino”.
Para ir superando estas sensaciones, la profesional explica que es fundamental saber que cualquier emoción es corporal de ahí que sea fundamental que las personas se fijen en su cuerpo, en qué sensaciones tienen y qué les sucede físicamente para saber cuál es su activación y poder realizar ejercicios de relajación.
La segunda pauta que da esta experta es que, ante la alerta y sus señales, la persona conecte con el ‘aquí y el ahora’ mirando a su alrededor (estoy en casa, está lloviendo, no hay ninguna alarma, estoy segura, etc). Se trata de hacer un repaso mental de la situación actual para darse cuenta de que no está en riesgo como su cuerpo le está haciendo creer.
Aun así, hay situaciones y duelos muy complicados que precisan acompañamiento y ayuda profesional.
Preguntada por si es positivo compartir lo sucedido, la psicóloga comenta que, al principio, sí “porque se genera una memoria colectiva donde las piezas del puzzle que faltan se van construyendo” pero estar todo contando y pensando en lo sucedido es perjudicial porque “revictimiza”.
A la izquierda, Rosa Molero interviniendo en la 31ª Jornada profesional del COPCV.