J.Valmaña, jugador de ajedrez:'Nuestra mente tiene capacidades ilimitadas y estimularla puede tener beneficios a medio y largo plazo inimaginables'

Recientemente ha finalizado la séptima edición del curso de ajedrez para niños/as que el COPCV programa dentro del servicio de Club de Ocio. Entrevistamos a su profesor para que nos acerque las claves de este deporte y las características que lo hacen idóneo como herramienta pedagógica.

 

Jaime Valmaña es jugador profesional de ajedrez desde 2007, y profesor del curso de ajedrez del COPCV desde hace dos años. Es 'Maestro Internacional' de ajedrez desde 2017, título que concede la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), integrante de la selección española en 2008, Subcampeón autonómico absoluto (2018), Campeón del “Open Internacional Játiva” (2017), del “Open Internacional Sueca” (2016) y del “Open Internacional Mislata” (2015), entre otros títulos.

7 niños y niñas de entre 3 y 14 años, familiares de colegiados/as, han finalizado recientemente el curso de ajedrez. Una actividad que el COPCV está realizando desde 2011, año en el que se incorporó a la oferta de Club de Ocio, al considerar que se trata de un deporte a través del cual se pueden obtener conocimientos útiles para el día a día, aprender a gestionar emociones, ordenar pensamientos, etc.

 

 

¿A qué edad empezó con el ajedrez? ¿Qué le aportó?

Empecé a jugar con 6 o 7 años gracias a mi abuelo. En los primeros años lo combinaba con otras actividades deportivas, aunque rápidamente pasó de ser una simple afición a convertirse en mi pasión. A lo largo de mi vida, puedo decir que el ajedrez ha mejorado mi concentración, además de haberme permitido alcanzar buenos resultados académicos con mayor facilidad, principalmente en el área de las ciencias. Por otra parte, he podido disfrutar de multitud de satisfacciones y he aprendido a gestionar “decepciones”.

Por último, el ajedrez me ha servido de excusa para viajar por toda España, incluso parte de Europa, y conocer mucha gente. Siempre lo he enfocado desde el punto de vista competitivo, aunque en los últimos años he comenzado a apreciar sus beneficios pedagógicos.

A día de hoy, además de haberme proporcionado una estructura coherente mediante la cual comprender cualquier idea de este mundo, ha constituido una parcela donde desarrollar la creatividad y originalidad. “Igual que la música o el amor, el ajedrez tiene el poder de hacer felices a las personas.” Siegbert Tarrasch.

 

Das clase en diferentes colegios, ¿puedes comentarnos tu experiencia como profesor?

Desde adolescente he impartido clases particulares de diferentes asignaturas, auqnue mi futuro profesional en un principio, no iba dirigido hacia la docencia. Sin embargo, he de decir que está siendo una gran satisfacción poder acercar a tantos niños/as a la práctica del ajedrez, principalmente por la estupenda acogida que está teniendo por parte de los alumnos. En base a esto, creo firmemente en el aprendizaje a través del juego. La atención que los alumnos ponen depende en gran medida del enfoque con el que se presenten las ideas y es ahí donde el ajedrez resulta un soporte llamativo para comprender conceptos matemáticos y lógicos.

Desde mi experiencia, he observado cómo de acelerados van los niños de hoy en día, aspecto donde el ajedrez también tiene mucho que decir. Puedo decir también que éstas y otras suposiciones respecto a los beneficios del ajedrez, han sido constatadas en base a comentarios positivos que he tenido por parte de maestros y profesores respecto al alumnado que han se han apuntado a ajedrez.

           

El ajedrez como herramienta pedagógica. ¿Qué capacidades e incluso actitudes se enseñan y/o potencia a través del ajedrez? 

En los años recientes, el ajedrez se ha expandido por multitud de colegios. Principalmente como extraescolar, aunque en otros centros también como complemento de algún área curricular. Estoy convencido de los beneficios que reporta la práctica de ajedrez. Desde el espíritu de superación y la capacidad de esforzarse, en terreno psicológico, hasta la lógica, visualización y visión espacial, en materia de habilidades mentales. Estamos en la edad de la informática y la tecnología, lo que ha aportado multitud de beneficios a las personas, aunque también ha contribuido a acelerar el ritmo de la sociedad en general. Las nuevas generaciones también se están contagiando de este ritmo frenético, haciendo que se acostumbren a conseguir lo que quieren cada vez más rápido. El ajedrez desarrolla esa tranquilidad/paciencia para decidir objetivamente habiendo reflexionado diversos factores y, en general, alcanzar cierto equilibrio personal.

A edades tempranas, la competición supone un aliciente/atractivo importante, aunque más adelante se puede disfrutar de los retos intelectuales de resolver un ejercicio o de visualizar una partida entre dos jugadores de élite.

                 

¿Ayuda incluso a conocer y gestionar  emociones?  

Como en otros deportes, en una partida el jugador/a se enfrenta a sus miedos y malas experiencias pasadas. Con el tiempo, uno se va adaptando y va desarrollando la fortaleza mental necesaria para un buen desempeño. Otro punto clave del ajedrez base consiste en aprender a perder, cómo gestionar las derrotas y aprender de ellas. También se aprende a ganar, siendo lo más respetuoso y comprensivo con el rival.

A nivel de competición, el ajedrez es una actividad muy exigente emocional y psicológicamente. Al ser un deporte individual, el jugador ha de reconocer sus errores y lidiar con ellos de frente, sin excusas. Por otra parte, a diferencia de otras disciplinas individuales como el tenis, en ajedrez se ha de mantener la concentración durante toda una partida, pues una ligera imprecisión puede cambiar el rumbo del encuentro. En definitiva, el ajedrez aporta disciplina y fortalece el carácter.

Dicho esto, es importante comprender que el ajedrez base debe estar enfocado desde un punto de vista pedagógico y lúdico, no con la intención de formar campeones mundiales. Sin embargo, con los pasos correctos, es posible aprender, divertirse y mejoraremocionalmente.

 

Este año, el curso realizado en el COPCV, contaba de 7 alumnos/as de diferentes edades ¿Cómo se les enseña? ¿Cuáles son las claves de este aprendizaje?

Más que alumnos con edades diferentes, las dificultades pueden surgir cuando hay grandes diferencias de nivel, algo bastante común a edades tempranas. Una de las ventajas en ajedrez base es que con unos conocimientos básicos fáciles de adquirir (como puede ser el simple movimiento de las piezas), la multitud de conceptos que se pueden aprender es inmensa, de forma que el objetivo consistirá en que todos los alumnos adquieran dicha base.

Una posibilidad es establecer dos grupos, donde el enfoque debe ser comenzar la sesión planteando un tema principalmente dirigido a los más avanzados, aunque también con las explicaciones necesarias para que todos puedan comprender la idea principal. En el momento en el que, mediante ejercicios prácticos, los alumnos buscan demostrar que han comprendido las explicaciones, el profesor puede dedicarse a explicar cosas más básicas a losmás pequeños. Una de las claves para el buen funcionamiento de un grupo así es hacer que comprendan que forman parte de un equipo, que tienen que tener paciencia cuando sus compañeros tengan preguntas o estén aprendiendo algo nuevo, incluso alegrarse por ello.

 

¿Hay una edad óptima para comenzar?

Para algunos, puede ser positivo aprender los movimientos de las piezas, así como las reglas básicas a los 5 años. Sin embargo, considero que la edad óptima ronda los 7/8 años, donde el alumno adquiere cierto grado de madurez que le permite, por una parte, poder desarrollar el espíritu de superación, y, por otra parte, relacionar conocimientos del tablero con los explicados en clase de matemáticas o con los que rigen otros juegos de mesa u ordenador.

 

¿Cómo ha ido este curso y cómo se plantea el próximo?

Estoy contento con el balance de este curso. Es mi segundo año con este grupo y la confianza, complicidad y buena sintonía entre alumnos y profesor es vital para la transmisión de conocimientos. Me gusta pensar en el aula como un laboratorio donde experimentar diferentes enfoques para cada concepto y he de decir que cada una de las iniciativas que he propuesto ha sido bien recibida por parte del grupo de alumnos. A mí también me ha servido para aprender y poder diseñar actividades para el curso que viene.

Nuestra mente tiene capacidades ilimitadas y estimularla puede tener beneficios a medio y largo plazo inimaginables. Si están barajando la posibilidad de apuntarse a ajedrez, les digo que le ofrezcan una oportunidad, con total seguridad les proporcionará más aspectos positivos que negativos.

 

El Col·legi informará a través de los canales de comunicación habituales sobre las fechas de inscripción y realización del próximo curso de ajedrez.

 



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