¿Qué reacciones emocionales se generan ante las informaciones, la paralización y reanudación del proceso de vacunación?
Algunas personas sienten desconfianza, nerviosismo, ansiedad o decaimiento, tal y como señala la compañera, Consuelo Tomás. La psicóloga incide en la importante labor de los psicólogos y psicólogas y, en las estrategias avaladas científicamente para reducir estos estados.
La suspensión hace unos días de la vacunación contra la Covid-19 con los inyectables de AstraZeneca, ha despertado o aumentado el temor ante los posibles efectos adversos de esta vacuna. En este caso, no estamos hablando del miedo a las inyecciones (tripanofobia), sino del miedo a las vacunas contra el COVID-19. Le hemos preguntado a la psicóloga clínica, Consuelo Tomás, cuáles son la reacciones emocionales que se están generando a raíz de este tipo de noticias. La experta señala que tanto las personas que inicialmente eran reacias, como en aquellas que tenían claro que sí se iban a vacunar o a las que ya se les ha aplicado la primera dosis de esta vacuna, están mostrando desasosiego, ansiedad y decaimiento.
Que se paralizara la inoculación con la vacuna de Oxford y que ahora se esté volviendo a administrar en la mayor parte de países, “está influyendo negativamente en la confianza, sobre todo en aquellas personas con niveles elevados de intolerancia a la incertidumbre y perfeccionismo patológico, esquemas rígidos de pensamiento, necesidad extrema de control y baja tolerancia a la frustración”, comenta Tomás. Tanto es así, que hay quien se ve desbordado por la situación “llegando a desarrollar cuadros ansiosos (palpitaciones, nerviosismo, irritabilidad, problemas de sueño, falta de concentración…) u obsesiones que pueden ir acompañadas o no, de conductas compulsivas como comer en exceso, búsqueda continua de información, etc. para aliviar sus estados ansiosos”.
Durante toda la pandemia, se está haciendo más que evidente el papel fundamental de los psicólogos y psicólogas para ayudar a la ciudadanía tanto a la hora de prevenir ciertas reacciones emocionales como para tratar terapéuticamente los trastornos psicológicos ocasionados o preexistentes que se relacionan, directa o indirectamente, con este asunto. Como profesionales, dice la experta, “existen técnicas psicológicas que ayudan a prevenir y/o tratar los problemas emocionales para aprender a manejar y afrontar el estrés, la ansiedad u otros trastornos, técnicas de solución de problemas, reestructuración cognitiva que ayude a flexibilizar formas de pensar, etc. Son muchas las estrategias psicológicas, validadas científicamente, de las que disponemos, y es esencial que se adapten a cada persona o colectivo en particular, ya hayan recibido todas las dosis, estén esperando la segunda o todavía no se les haya administrado ninguna”.
“La salud física y la mental están intrínsecamente unidas y no debemos de olvidar que prevenir y tratar psicológicamente los temores, estados de ánimo decaídos, u obsesiones favorece que nuestro sistema inmunitario esté más protegido, nos sintamos mejor y se generen actitudes positivas desde la calma y serenidad para tomar la decisión más acertada”, concluye la compañera.