Fobia a volar: cuando viajar en avión no es una opción
Hablamos con Francisco Conesa, psicólogo especialista en psicología clínica y de la Aviación y Seguridad Aérea, para entender este trastorno, las reacciones de las personas que lo padecen y las posibles soluciones.
En el puente de diciembre, del 5 al 10 de diciembre, Aena prevé que en sus aeropuertos se realizarán un total de 27.693. Esto, que para muchas personas es una ilusión al tener la oportunidad de salir de la rutina para otras, ni tan solo es una opción debido al miedo o la fobia a volar.
Hablamos con Francisco Conesa, psicólogo especialista en psicología clínica y de la Aviación y Seguridad Aérea, y asesor del Col·legi Oficial de Psicologia de la Comunitat Valenciana (COPCV) para entender este trastorno, las reacciones de las personas que lo padecen y las posibles soluciones.
Antes que nada, este experto explica que el miedo es una respuesta adaptativa que aparece ante una situación novedosa o que percibimos de cierto riesgo. De ahí, que días antes o momentos previos a coger un avión, instintivamente, surja el miedo como mecanismo de prevención. En cambio, cuando la respuesta es desproporcionada, estaríamos hablando de una fobia. “En estos casos, la persona experimenta una fuerte tasa de ansiedad, con señales físicas como sudoración y taquicardia sobre las que interpreta que no tiene el control y por ello, evita volar”. Precisamente la evitación (evitar la fuente de ansiedad) es una de las primeras conductas que adopta la persona con miedo o fobia. Por esta razón, “es complicado encontrarte en un avión a alguien que tenga fobia ya que evade este medio de transporte”.
Volviendo a los síntomas, Conesa afirma que “si la misma respuesta de miedo excesiva se repite una y otra vez, ya hay una alteración psicológica y se ha instaurado la fobia a volar”. Para esta y otras fobias, el psicólogo da algunas pautas. La primera de ellas es intentar controlar los pensamientos evitando aquellos negativos o catastrofistas, redirigiéndolos a argumentos objetivos. Por ejemplo, contrarrestar el pensamiento de tener miedo a sufrir un accidente aéreo con datos o hechos: al día viajan muchísimos aviones y no suele haber accidentes, he cogido varios vuelos y todos han llegado a destino.
También es recomendable controlar antecedentes. Esto quiere decir, que horas previas al vuelo, se puede realizar una actividad de ocio relajante o evitar aquellas situaciones que nos impregnen de estrés. En este punto, el psicólogo también recomienda realizar ejercicios de respiración abdominal ya que cuando estamos nerviosos ésta se altera. Por otra parte, para intentar impedir o disminuir los síntomas físicos, es recomendable no beber mucho café porque altera la frecuencia cardiaca.
Precisamente, tener el control o autocontrol, es casi imposible para las personas que padecen este trastorno. Cuando el miedo a volar se convierte en algo incapacitante y generador de un fuerte malestar, es conveniente acudir a un profesional de la Psicología por ser expertos en la conducta humana. “A fecha de hoy – afirma Conesa- las investigaciones y experiencias clínicas, constatan que la terapia cognitivo-conductual es altamente eficaz en estas situaciones ya que trabaja mediante procedimientos de exposición de reestructuración de pensamiento y manejo de la ansiedad”.
Es frecuente recurrir a ansiolíticos, pero esto, “tan sólo ayuda a pasar el trance y no a acabar con el trastorno”. Ante los primeros síntomas de estar pasando por una fobia, el psicólogo recomienda ocuparse del problema lo antes posible “porque cuanto más lo alarguemos, más difícil es de erradicar. Un miedo cogido en las primeras etapas puede ser asumible en 12 o 15 sesiones. En este tiempo, es muy probable que la persona aprenda recursos para hacerle frente”.