1.000 intervenciones realizadas en los teléfonos de orientación psicológica del COPCV durante el primer mes
Los principales motivos de las consultas han sido: ansiedad, depresión, problemas familiares, orientación para personas con diagnóstico previo en salud mental, y duelo.
El 27 de marzo el el Col·legi Oficial de Psicologia de la Comunitat Valenciana habilitó dos líneas telefónicas de atención psicológica: a la ciudadanía y acompañamiento al duelo (tel. 960 450 230), y profesionales sanitarios, cuerpos de seguridad y otros intervinientes (tel. 960 450 231.
En poco más de 10 días desde el establecimiento del estado de alarma, el COPCV puso en marcha este recurso de orientación psicológica demostrando el compromiso social que nos caracteriza como colectivo profesional. Su puesta en marcha, ha significado para el Col·legi un coste y esfuerzo personal y profesional de varios de los departamentos que lo integran, muy especialmente el de nuevas tecnologías. El trabajo y la implicación de cada uno de los miembros que integran este dispositivo: personal laboral del COPCV, de Psicoemergencias Comunidad Valenciana y de Psicólogos y Psicólogas sin Fronteras, ha posibilitado que un gran número de personas haya recibido un recurso fundamental en esta excepcional situación, como es la asistencia psicológica.
Durante el primer mes, los 40 psicólogos y psicólogas del dispositivo han realizado alrededor de 1.000 intervenciones, evidenciando que a medida que avanzan las semanas de confinamiento, el número de consultas ha ido en aumento.
Hombre de 31 años que vive solo y se incorpora a un equipo de UCI en proceso de reorganización por lo que hay poca cohesión de equipo, cosa que incrementa la sensación de incertidumbre. Por otra parte, está teniendo problemas con los recursos de afrontamiento de estrés que habitualmente utiliza.
Mujer de 40 años que vive con su marido y su hijo. Ha fallecido su madre por una enfermedad no relacionada con el coronavirus. No ha podido hacer un funeral como ella hubiera deseado. También demanda apoyo para saber como explicarle lo que ha pasado a su hijo.
Mujer, 50 años, vive con su pareja. Las primeras semanas aparentemente, llevaba bien el confinamiento pero con el paso de los días, siente que ya no puede más con la situación. Se siente responsable por no poder atender a sus padres que son mayores, viven solos y a los que apenas ve un momento a la semana para llevarles la compra. Su hija, está a kilómetros de distancia y además de echarla de menos, está preocupada por ella y le sabe mal que esté pasando el estado de alarma sola.
Son tan sólo algunas de las situaciones expresadas por los usuarios de las dos líneas telefónicas. El último ejemplo, representa al grueso de las llamadas recibidas en los primeros 30 días. Los motivos de las consultas, teniendo en cuenta que una persona puede presentar más de uno, han sido: 65% ansiedad, 27% depresión, 21% problemas familiares, 12% orientación para personas con diagnóstico previo en salud mental, 11% duelo. En la mayoría de los casos, la persona que llama es la que solicita el servicio y lo hace cuando está desbordada emocionalmente. Respecto a los conflictos familiares, “Son principalmente, problemas cotidianos pero que los usuarios explican que les superan al estar 24 horas en casa”, informa Txema Toribio, coordinador del servicio telefónico y de Psicólogas y Psicólogos sin Fronteras (PsF). “Las situaciones que plantean –continúa- están relacionadas con adolescentes y la imposibilidad de pautar su acceso a internet o establecer otras normas de convivencia. Los adultos que llaman lo hacen cuando ya no encuentran alternativas para gestionar la relación con sus hijos”.
En cuanto a la descripción sociodemográfica, la media de edad se sitúa en los 52 años, el 75% son mujeres, y el 39% de las personas que llaman están pasando el confinamiento en pareja seguido de los que lo hacen con un hijo/a (37%), solos/as (32%), o con la madre o padre (16%).
En media hora, que es el promedio de cada una de las llamadas, los profesionales de la psicología escuchan a la persona que hay al otro lado del teléfono permitiendo la ventilación emocional y haciéndole sentir que no está sola. “Parte de la ansiedad baja al hablar con nosotros”, comenta el coordinador de PsF. A medida que avanza la conversación y se establece un vínculo de apoyo, continúa Toribio, “les ofrecemos técnicas de afrontamiento de estrés como que creen un espacio o tiempo de autocuidado, o pautas de respiración para manejar la ansiedad, por ejemplo. También orientamos a las personas en relación a otros recursos a los que pueden acceder”.