Día Mundial de la persona refugiada, 20 de junio
La Psicología, un pilar esencial en el proceso de adaptación y recuperación de las personas refugiadas.
Hoy Día Mundial de la Persona Refugiada, que se conmemora anualmente cada 20 de junio, queremos destacar el papel fundamental de la psicología en el apoyo a las personas que se han visto obligadas a huir de sus hogares debido a contextos amenazantes para la vida.
El trauma de la huida, la pérdida de seres queridos y el desarraigo cultural junto con la falta de cobijo, alimento y seguridad, la salud mental y el bienestar psicológico son solo algunos de los desafíos a los que se enfrentan las personas refugiadas. Recomponerse o gestionar su nueva e incierta realidad suele requerir una intervención especializada.
La Psicología ofrece herramientas para ayudarles a procesar el trauma, reconstruir su identidad y desarrollar estrategias de afrontamiento para los nuevos desafíos que les esperan en un país de acogida.
Una persona refugiada que recibe apoyo psicológico adecuado tiene una mayor probabilidad de integrarse con éxito, contribuir a la comunidad y llevar una vida plena. El bienestar psicológico es un derecho humano.
El papel de la psicología en el apoyo a las personas refugiadas incluye, entre otros, los siguientes aspectos:
- Apoyo psicológico, social y comunitario: Detectar e intervenir sobre los procesos psicológicos relacionados con el duelo migratorio que experimentan, en diferentes grados. Facilitar la creación de redes de apoyo, fomentar la participación en actividades sociales y culturales, y promover un sentido de pertenencia para reducir el aislamiento.
- Intervención psicoterapéutica: Ofrecer terapia individual y grupal para ayudar a procesar el trauma, manejar el duelo, desarrollar resiliencia y mejorar las habilidades de afrontamiento.
- Detección y prevención de la violencia de género y la explotación: Ofrecer apoyo y recursos a personas que han sido víctimas o corren riesgo de sufrir estas situaciones.
- Evaluación y diagnóstico de trastornos mentales: Identificación de depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático (TEPT) y otras afecciones psicológicas comunes en esta población.
- Desarrollo de habilidades para la vida: Capacitar en habilidades de comunicación, resolución de problemas y gestión del estrés para empoderarlos en su nueva realidad.
- Mediación cultural: Ayudar a las personas refugiadas a comprender las diferencias culturales y a navegar por las nuevas normas sociales y sistemas.