Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez
Clara Aguado, coordinadora del GT de Envejecimiento del COPCV-Alicante. : 'las instituciones y las distintas administraciones incorporen una perspectiva de edad en la toma de decisiones de carácter político, social y económico, evitando así situaciones de discriminación'.
Desde el año 2011, en el que la Asamblea General de Naciones Unidas designó el 15 de junio como Día Mundial de Toma de Conciencia y Maltrato en la Vejez, se viene celebrando cada año, con el objetivo de poner en valor los derechos de las personas mayores así como contribuir a la sensibilización de la población general, profesionales, instituciones y las distintas administraciones, en la promoción del buen trato y contra de los abusos y del mal trato ejercidos sobre las personas de más edad.
La OMS define el edadismo como “los estereotipos (cómo pensamos), los prejuicios (cómo nos sentimos) y la discriminación (cómo actuamos) dirigidos hacia otros o hacia nosotros mismos en función de la edad, que tiene graves consecuencias para la salud, el bienestar y los derechos humanos de las personas.
Durante el confinamiento, el aislamiento ha resultado ser eficaz, pero en muchos casos se ha confundido con incomunicación, aumentando el sentimiento de soledad de las personas mayores, tanto de las que residían en sus domicilios como en centros especializados. Durante el tiempo que no ha sido posible la movilidad, se han digitalizado múltiples servicios, sanitarios, bancarios, seguros, administrativos, comerciales, etc…suponiendo una dificultad añadida para las personas de más edad, que en su mayoría no han aprendido el manejo de las tecnologías, y que en lugar de suponerles una ayuda, dificulta la relación con su entorno en la vida cotidiana, haciendo dependientes a los que no lo son. La tecnología acerca a las personas y facilita que se relacionen, pero nunca puede sustituir el contacto directo con familiares y amigos. Afortunadamente, el porcentaje de uso de internet, los teléfonos móviles y las tablets, va aumentando en los mayores, pero una persona que no tenga acceso o no haya aprendido su manejo, está discriminada, aislada socialmente y excluida en muchos aspectos, en relación con otros grupos de edad.
La tecnología ha de ser facilitadora, constituir un añadido a la calidad y funcionamiento de los servicios para los ciudadanos mayores, por lo que, en ningún caso, debería sustituirse por el contacto humano, bien a través del contacto personal o por vía telefónica, pero nunca excluyente para las personas que no han aprendido su manejo y probablemente nunca lo aprenderán. Al mismo tiempo, es necesario que se forme de manera próxima, sencilla y accesible en la utilización de las nuevas tecnologías, que cada vez se extienden más en los servicios que utiliza la ciudadanía, a las personas que quieran y puedan aprender para poder desenvolverse con normalidad en los ambientes cuya implantación está generalizada.
Los medios de comunicación y la publicidad orientada a la población que envejece deben cuidar su lenguaje y evitar propagar una imagen edadista y poco realista de las personas mayores y contribuir, además, a divulgar una imagen positiva de las mismas como portadores de derechos y deberes, que realizan aportaciones a la sociedad a la que pertenecen.
Como profesionales de la Psicología nos posicionamos a favor de la necesidad de que las instituciones y las distintas administraciones incorporen una perspectiva de edad en la toma de decisiones de carácter político, social y económico, evitando así situaciones de discriminación que aumentan el riesgo de vivir abusos, violencia, negligencia o abandono durante la vejez, promocionando una vida digna y saludable física, mental y emocional, en plenitud del ejercicio de sus derechos como personas.
Grupo de TRabajo de Envejecimiento del COPCV-Alicante